viernes, 24 de julio de 2009

“Curiosidad de niña”


La niña observa, desde siempre siente que no entiende la relación del universo con el universo, abre sus ojos muy grandes pero no puede comprender lo que ve, un mecanismo demasiado complejo, sistema arrollador que quién sabe hacia donde se dirige, ella no comprende y muy pocos la comprenden. La simple realidad de la vida cotidiana es para ella lo que fue el casoar para Cortázar:

"La primera cosa que hace el casoar es mirarlo a uno con altanería desconfiada. Se limita a mirar sin moverse, a mirar de una manera tan dura y continua que es casi como si nos estuviera inventando, como si gracias a su terrible esfuerzo nos sacara de la nada que es el mundo de los casoares y nos pusiera delante de él, en el acto inexplicable de estarlo contemplando.
De esta doble contemplación, que acaso sólo es una y quizá en el fondo ninguna, nacemos el casoar y yo, nos situamos, aprendemos a desconocernos. No sé si el casoar me recorta y me inscribe en su simple mundo; por mi parte sólo puedo describirlo, aplicar a su presencia un capítulo de gustos y disgustos." (Cortázar, 2004: 79)

No hay comentarios:

Publicar un comentario